UTOPÍAS CON MELANCOLÍA

UN PEQUEÑO LUGAR PARA SUBLIMAR, PROYECTAR Y TRANSFORMAR TODAS AQUELLAS PALABRAS EN SENTIMIENTOS Y EMOCIONES INIMAGINABLES TENIENDO COMO PRINCIPAL COMPLICE AL INCONSCIENTE



El destino fue el culpable de que se conocieran…

Siendo dos personas tan distintas él se empezó a interesarse en ella. Dudaba un poco en acercarse pues no hace mucho tiempo le había dicho adiós a un amor. Ella después de tantos baches en el amor empezaba a ilusionarse y creer en lo imposible.
En una larga parada en un lugar inmensamente conocido por él y muy poco explorado por ella, se conocieron. En un principio ella estaba escéptica en quedarse, pero tomo la decisión de prolongar su estancia después de una charla que tuvieron.
Pasó el tiempo acompañado de la convivencia y las largas pláticas. Existieron inmensas pláticas. Cada una con algo distinto que discutir, y al final de ellas él sabía que quería compartir todo con ella. Se acercó poco a poco, se interesó por sus gustos, sus amigos, su familia, sus manías, sus fantasías, de su vida, ella dejo que la conociera, con la debida prudencia que la caracterizaba. Más tarde él adoptó por expresarle todos los sentimientos que le había generado.

“La vida le había puesto una prueba”, pensó ella, pues se sentía confundida. Los sentimientos de ella se enfocaban a otra parte y no quería alejarse de él, por ello eligió dejar la respuesta al aire durante mucho tiempo.

Los meses pasaron y el interés por ella creció. Ella se quería acercar, pero la convivencia diaria pudo más. Y con pocas palabras junto un gran sentimiento de desilusión por explicarle que no podían estar juntos, ella tomo un rumbo. Él sin que ella se percatara, camino a su lado; ella se dio cuenta que contaba con él después de unas caídas, donde le ayudó a levantarse, pues no era fácil seguir adelante. Él no perdía la esperanza de que algún día ella lo dejara tomarla de la mano y así poder estar juntos.

Después de dos años, las cosas no cambiaron tanto, él seguía caminando con ella, con la esperanza y una respuesta volando; pero el tiempo no pasa en vano, así que aprovecharon para conocerse más.
El dolor se instaló en el corazón de ella por una desilusión. Él sólo le toco ser espectador y aplaudir en el momento de cada titubeo por caerse. A él aun lo perseguían algunos fantasmas de su relación pasada.

“Todo es un caos” dijo ella. Pues las cosas no están bien entre ellos. Así que se alejó. Él se cansó de caminar y se quedó sentado solo; ahí encontró a alguien que le hizo analizar los hechos y tras ello tomó otro rumbo alejado de ella; cuando él se paraba de descansar ella se regresó a buscarlo y le pregunto por qué ya no iba a su lado, él le contestó amablemente que ya se había cansado y que iba a tomar otro camino y que tal vez se encontrarían, pero no sería igual.
Ella sigue sorprendida, pero hay que seguir adelante; ella no puede estancar ni poner trabas en el camino de alguien que la conoce y la entiende más de lo que nadie se puede imaginar.

La vida sigue, todo cambia. Nada puede interrumpir el camino, y menos alguien como ella. Ella que quiere acceder a situaciones que no son de una amiga.

Ella sabe que él siempre la apoyará, sólo espera no perder las esperanzas y dejar de creer en él, pues sabe que una amistad como la de él es irremplazable.

Hoy se encontraron, las cosas fueron distintas, él parece que camina pero hacía un rumbo errado, ella ha encontrado la felicidad en relaciones efímeras.

Sus caminos hasta el día de hoy no han encontrado una convergencia, los sueños de estar juntos terminaron, ahora, caminaran con los ojos vendados por un amor y una amistad trunca