UTOPÍAS CON MELANCOLÍA

UN PEQUEÑO LUGAR PARA SUBLIMAR, PROYECTAR Y TRANSFORMAR TODAS AQUELLAS PALABRAS EN SENTIMIENTOS Y EMOCIONES INIMAGINABLES TENIENDO COMO PRINCIPAL COMPLICE AL INCONSCIENTE


Atención: prestando un servicio a la comunidad de corazones orillados a la tentativa del olvido como simbolismo del suicidio me he dispuesto, justiciero como creo, a entregar unos sencillos pasos de cómo puede usted evitarse el trago amargo de su estupidez cuando se de cuenta que se ha enamorado de la persona equivocada. Esto no es un recetario completamente efectivo, esto tampoco debe tomarse como biblia ni mucho menos como libro de autoayuda de esos que encuentra uno en los cafés de cadenas corporativas a la salida cuando el trato que se recibe pareciera como si de verdad fuéramos importantes al que nos atendió, por la responsabilidad de cumplir con su trabajo.

Tampoco lo que escribo en estas líneas es verdad absoluta yo que peleo por ella, por tenerla (a la razón, ya que esta, en un mundo tan falto de cordura, la razón es el tesoro más preciado) como el que sale a luchar contra la ciudad, contra la pobreza y contra el desamparo aprendido porque simplemente no se rinde a verse rendido. Debo también aclarar que este texto tiene como única finalidad el dar a conocer que si hay solución para esto que pareciera arrojarnos a un precipicio donde caer y caer sin poder tocar fondo jamás es tan tangible como cierto, que es el equivalente a caminar con los ojos vendados por un campo minado tan solo dejándose llevar por la suerte o el azar donde ambos aguardan de forma cruel e insolente tan solo el primer paso para determinar que volar en pedazos por el aire, ya sin corazón, ya sin cuerpo, ya sin dolor, es el único camino.

Después de todo piense usted… elige a alguien en quien posar la más tierna mirada, le dedica unos cuantos suspiros de su vida y le entrega en ofrenda hasta el último pensamiento del día. Y suponga usted el peor de los escenarios, el no ser correspondido. ¿Qué sigue de ahí? Usted no tiene que recuperar el orgullo, jamás lo perdió. Evidentemente tampoco recupera la dignidad, de cuándo a acá resulta indigno amar. Y ni hablar del amor propio, si por ese mismo empezó usted a amar. En realidad de haber perdido ni hablar, si siendo claros y honestos, nada se había ganado. Enamorarse es así de sencillo, desenamorarse debiera bastar con un adiós o hasta luego, según tan sinceros como podamos ser con nosotros mismos y con la persona en cuestión.

Habiendo aclarado de forma amplia y general el tratado del manual sobre como olvidar que se vuelve uno estúpido y vulnerable cuando la mujer de nuestros pensamientos se aparece un día en nuestra vida para en ese mismo o en cualquier otro, mejor o peor, recordarnos que es tan fácil como común equivocarse al elegir sobre quien depositamos nuestras mejores intenciones, nuestros más bellos sueños y nuestros peores temores, es necesario ser tan franco como puedo… no hay manual tal, no me lo pienso inventar.

Escribiendo estas líneas me doy cuenta que soy yo quien pide un manual para desenamorarse, que soy yo quien grita y clama por ayuda, por auxilio, porque estoy sumido en ese profundo y abrumador abismo de cuando ves a lo lejos a la persona que amas y sabes que lo único que queda por delante en esta historia de uno, ya que ella no esta para mi cuento, es buscar consuelo en fumarse un cigarro caminando a solas tal vez por los lugares que menos te recuerden a ella mientras se van desvaneciendo las últimas imágenes mentales que conservo de su sonrisa, de sus pasos, de su destino que no tiene en ningún momento señalado algún cruce causal con el mío. No hay manual y quisiera estarlo leyendo para no estarle escribiendo, para no estar haciendo lo siempre, extrañando, bebiendo y acabándome las ganas de tanto contra el teclado de mi computadora y el cenicero de mis colillas, suponiendo que lo mas cercano a un remedio para mi es escribir que algún día como hoy la amo, que tal vez algún día como mañana la amaré y que seguro algún día como cualquiera la habré olvidado.

(En realidad, leyendo entre líneas, espero haber por lo menos depositado en alguien que me lea la idea de que no todo esta perdido, de que si el olvido existe es porque el amar es posible, de que si la vida no es precisamente justa tampoco es enteramente injusta, y que si podemos enamorarnos cualquier día como regalo de nuestro existir también podemos olvidar algún día solo porque así tiene que suceder cuando no hay nada mas que hacer ni decir. Esto no es totalmente necesario, bastaría con elegir adecuadamente, pero… ¿a poco no jode la autonomía del corazón?)
LUIS ÁNGEL

Hace aproximadamente 6 meses, o tal vez más, nos saludábamos, pues era sábado por la noche y no había muchas personas interesantes (sólo tú y yo) con quien charlar. Comenzaste con un hola, ¿cómo estás, gabs? Me agrado leer el saludo, y más que me nombraras de esa forma.
Siempre me preguntabas de los amores, y nos gustaba divagar sobre ellos; entre amores y dolor, te compartí algunas historias que escribí, tú, también dejaste que leyera, esas historias, donde la esencia era amor con un toque de sufrimiento y con aroma a melancolía. Al final de tantas historias y estilos, te propuse compartir este espacio, pensaba que te ibas a negar, pero no fue así, recibí un "sí, gabs, me encantaría"... Pero eso no quedo ahí, porque tú también tenias una propuesta para mí, pero tuve que ir a cenar y deje que la sorpresa se atrasara. No tarde mucho y entonces pregunte: Dime, ¿qué traes en mente? La respuesta, me dejo atónica, pues nunca lo pude esperar de ti. Mi conclusión, fue que en ese momento no se podía, pero puede que pueda.
¿Algún día?- preguntaste
sí, algún día...
Te fuiste sin decirme adiós... Ningún día llegó... Así que lo siguiente, va por ti... se le extrañará, pero al final, fue tu decisión... y sabes, no es más que un hasta luego...
Para usted L.A