UTOPÍAS CON MELANCOLÍA

UN PEQUEÑO LUGAR PARA SUBLIMAR, PROYECTAR Y TRANSFORMAR TODAS AQUELLAS PALABRAS EN SENTIMIENTOS Y EMOCIONES INIMAGINABLES TENIENDO COMO PRINCIPAL COMPLICE AL INCONSCIENTE

El final de un sueño se aproxima. Cuatro años de exámenes, lecturas, libros, escritos, regaños, aplausos, felicitaciones, amistades, inamistades, amores, desamores, amigas, ellos, pero sobre todo de conocimiento.
Mayo del 2006, empezó el viaje, a la psique del espacio, con temor pero con sueños en la mano, emprendí el viaje y que buen viaje, bueno, aunque tengo que decir que tuvo sus inconsistencias, pues las cosas a veces no resultan como las planeas. Sí, me deshice de unos cuantos estorbos, me dolió pero era necesario quitarme y quitarlos del camino. La confianza me ganó y recuperé cuatro meses, pues aprendí a que los errores también se alcanzan y de ellos se aprenden.
Aprendí a dejar ciertos vicios, y fui humana, las consecuencias fueron graves, pero no me arrepiento, porque gracias a ello, conocí a una maravillosa oveja, y a una gran chica.
Camine con mucha gente, hombro con hombro recorríamos la alfombra de alegrías, desvelos, sueños, anhelos, pero por las circunstacias de la vida, tenían que dejarnos o dejarlos. Sin embargo, le agradezco al destino que chuvaca haya regresado, pues con ella, la vida es roja, azul y hasta rosa.
Un Ángel apareció al final, y me enseñó que la vida no es fácil, que hay que luchar, perder y ganar batallas, que la vida deja heridas, que la vida es dura, y que la tristeza se queda porque nosotros lo decidimos.
Dos mujercitas que me querían enseñar (y lo lograron) a ver la vida con sabiduría. Una con sonrisa maravillosa, al igual que su rostro, y la otra con un potencial intelectual sin igual. Gracias a ellas las esperanzas no se perdió.
Los supuestos portadores del conocimiento, fueron mis mejores maestros, por ellos el amor por la psique perdura. No son todos los mejores, pero aun así aprendes de los peores.
Abril del 2010, la tinta de la licenciatura deja de escribir, la universitaria deja de soñar, pues es hora de despertar porque el sueño tendrá un final feliz el cual quiere vivir.
Pero no todo acabará ahí, pues tendré que preparar el colchon de estrellas y lunas, para poder emprender otro sueño, pues aun no he muerto, quiero vivir y ser feliz.

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